/ viernes 4 de marzo de 2022

Espejos de Vida | El cuerpo como territorio de paz

“Si quieres cambiar tu cuerpo, cambia primero tu conciencia. Todo lo que ocurre es resultado de cómo te ves a ti mismo”

Deepak Chopra

Es el nombre de un taller virtual al cual actualmente asisto, impartido por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua, (UACJ) a cargo de Cindy Leyva. Aun desconociendo los objetivos perseguidos, me atrajo sobremanera el título, así como la experiencia obtenida y la calidad de otros talleres cursados en esa universidad, los aprendizajes obtenidos y los vínculos de interacción que se tejen con personas afines.

La primera encomienda fue buscar una frase en un libro de nuestra preferencia o elección, leerla, hacerla propia y sentir la relación directa de esta, con alguna parte del cuerpo, para luego argumentarla con el resto de los compañeros. Seleccioné una del libro “Tropiezos celestiales” de Thomas Merton que dice: “Aprender es estar abiertos y no amurallarnos en mínimas estructuras”, la relacioné con mi mente y en el desarrollo de la sesión pude experimentar su significado.

Aprendí a hacer un recorrido por mi cuerpo, acompañada por la armonía de una pieza musical, ejercicios de respiración y la guía acertada de Cindy durante el proceso; experimenté movimientos que nacen sin pensarlos, que solo se manifiestan como una forma de comunicación; ha sido un viaje de conexión con ese yo interior, permitiendo que el flujo de energía fluya por el cuerpo en una etapa introspectiva y profunda de reconocimiento.

En primera instancia experimenté una serie de sensaciones y emociones peculiares en mi comportamiento, miedo a que las demás personas me juzgaran a través de la pantalla, angustia de sortear esas barreras impuestas por la sociedad y acatadas por mi persona como normas universales; sin embargo, la voz tenue y segura de Cindy, me fue llevando a otra dimensión, donde solo existe ese encuentro con cada uno de mis órganos que habitan en este cuerpo mío, entendiendo que es un círculo concéntrico, donde cada parte tiene relación y va ensanchándose y ejerciendo un vínculo directa con todo lo que nos rodea.

Vivir la experiencia de la corporalidad me está abriendo otras esferas del entendimiento, reconociendo este equipaje con el que he transitado a lo largo de mi existencia y que en la mayoría de las ocasiones no lo he valorado en su justa dimensión.

Debo hacer un alto, desconectarme de las prisas, del estrés, de las múltiples preocupaciones que habitan en mi mente; experimentar el contacto directo con el movimiento para ir generando ese concepto de paz, ese estado de sosiego que conecta con lo que no se ve, pero se siente; dejarme llevar como la corriente del río que sigue su cauce, dar un respiro al pensamiento analítico y actualizar los programas necesarios para procesar estos cambios.

El territorio, es la parte del espacio que nos pertenece, donde podemos implementar mudanzas de hábitos, porque la mente ya tiene automáticos predispuestos con antelación, y al igual que la tierra, debemos preparar el campo, abonarlo para la siembra y esperar la abundancia en la cosecha.

“No solo de pan vive el hombre”, reza un conocido refrán, el alimento al intelecto, a la espiritualidad, al fomento de acciones positivas que redunden en bienestar y satisfacción; el adquirir responsabilidad sobre el cuidado y preservación del cuerpo es menester, porque no somos islas, sino cuerpos dentro de otros cuerpos, por lo que toda acción individual, permea a los demás.


María del Refugio Sandoval | Docente

“Si quieres cambiar tu cuerpo, cambia primero tu conciencia. Todo lo que ocurre es resultado de cómo te ves a ti mismo”

Deepak Chopra

Es el nombre de un taller virtual al cual actualmente asisto, impartido por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua, (UACJ) a cargo de Cindy Leyva. Aun desconociendo los objetivos perseguidos, me atrajo sobremanera el título, así como la experiencia obtenida y la calidad de otros talleres cursados en esa universidad, los aprendizajes obtenidos y los vínculos de interacción que se tejen con personas afines.

La primera encomienda fue buscar una frase en un libro de nuestra preferencia o elección, leerla, hacerla propia y sentir la relación directa de esta, con alguna parte del cuerpo, para luego argumentarla con el resto de los compañeros. Seleccioné una del libro “Tropiezos celestiales” de Thomas Merton que dice: “Aprender es estar abiertos y no amurallarnos en mínimas estructuras”, la relacioné con mi mente y en el desarrollo de la sesión pude experimentar su significado.

Aprendí a hacer un recorrido por mi cuerpo, acompañada por la armonía de una pieza musical, ejercicios de respiración y la guía acertada de Cindy durante el proceso; experimenté movimientos que nacen sin pensarlos, que solo se manifiestan como una forma de comunicación; ha sido un viaje de conexión con ese yo interior, permitiendo que el flujo de energía fluya por el cuerpo en una etapa introspectiva y profunda de reconocimiento.

En primera instancia experimenté una serie de sensaciones y emociones peculiares en mi comportamiento, miedo a que las demás personas me juzgaran a través de la pantalla, angustia de sortear esas barreras impuestas por la sociedad y acatadas por mi persona como normas universales; sin embargo, la voz tenue y segura de Cindy, me fue llevando a otra dimensión, donde solo existe ese encuentro con cada uno de mis órganos que habitan en este cuerpo mío, entendiendo que es un círculo concéntrico, donde cada parte tiene relación y va ensanchándose y ejerciendo un vínculo directa con todo lo que nos rodea.

Vivir la experiencia de la corporalidad me está abriendo otras esferas del entendimiento, reconociendo este equipaje con el que he transitado a lo largo de mi existencia y que en la mayoría de las ocasiones no lo he valorado en su justa dimensión.

Debo hacer un alto, desconectarme de las prisas, del estrés, de las múltiples preocupaciones que habitan en mi mente; experimentar el contacto directo con el movimiento para ir generando ese concepto de paz, ese estado de sosiego que conecta con lo que no se ve, pero se siente; dejarme llevar como la corriente del río que sigue su cauce, dar un respiro al pensamiento analítico y actualizar los programas necesarios para procesar estos cambios.

El territorio, es la parte del espacio que nos pertenece, donde podemos implementar mudanzas de hábitos, porque la mente ya tiene automáticos predispuestos con antelación, y al igual que la tierra, debemos preparar el campo, abonarlo para la siembra y esperar la abundancia en la cosecha.

“No solo de pan vive el hombre”, reza un conocido refrán, el alimento al intelecto, a la espiritualidad, al fomento de acciones positivas que redunden en bienestar y satisfacción; el adquirir responsabilidad sobre el cuidado y preservación del cuerpo es menester, porque no somos islas, sino cuerpos dentro de otros cuerpos, por lo que toda acción individual, permea a los demás.


María del Refugio Sandoval | Docente